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17 de julio de 2023

Río Negro: Descarriló un coche del Tren Patagónico a 7 km. de San Carlos de Bariloche

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

El tren de pasajeros de la empresa provincial Tren Patagónico S.A. que salió el día viernes pasado a las 18:00 horas de estación Viedma y que tenía que llegar a estación San Carlos de Bariloche (Río Negro), cuando se encontraba a solamente 7 kilómetros de su destino final, se produce el descarrilamiento de una rueda de un bogie de un coche Pullman.

Este hecho hizo que varios pasajeros optaran por irse en vehículos particulares de familiares o amigos que fueron a buscarlos, ya que pasarían horas para normalizar la situación y que el tren pueda llegar a Bariloche.


El presidente de la empresa Tren Patagónico S.A., Daniel García, informó al diario Río Negro que "no fue nada grave, se descarriló un coche, pero se resolvió y la formación completa arribó a Bariloche".

Asimismo, indicó que el descarrilamiento se había producido alrededor de las 15:00 horas (por horario ya llevaba 3 horas de atraso). "Por el momento, se desconoce la causa por la cual hubo un desperfecto en uno de los coches. Es difícil determinar la causa en este momento del accidente".

"Lo importante es que la formación llegó completa y por sus propios medios a Bariloche", sostuvo.

31 de enero de 2023

Ahora los coches Pullman contarán con cambiadores para bebés

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

La empresa Trenes Argentinos Operaciones informa que los coches Pullman de los trenes de larga distancia contarán con cambiadores para bebés que estará ubicados en el baño adaptado para personas con discapacidad.




De esta forma la empresa estatal ferroviaria quiere brindar al pasajero espacios cómodos y seguros para que pueda viajar de la mejor manera. 

29 de agosto de 2022

Trenes de larga distancia: Pullman, Primera o Camarote, una por una sus diferencias

Actualidad

Cuáles son las características que cada tipo de asiento y sus particularidades. Toda la información sobre sus recorridos ferroviarios.

Los servicios de trenes de larga distancia y regionales de nuestro país, administrados por Trenes Argentinos Operaciones, conectan un total de 11 provincias. En esta línea, se ofrecen diferentes servicios según el tipo de asiento que se adquiera en la compra del pasaje.

Actualmente, Trenes Argentinos Operaciones ofrece recorridos unen 391 estaciones mediante 1893 servicios de trenes diarios.

De esta manera, los pasajeros pueden disfrutar de las comodidades que tienen los trenes de larga distancia. Coche comedor, coche Camarote, ambiente climatizado, seguridad y confort y espacios para personas con movilidad reducida son algunos de los servicios con los que cuentan los usuarios.

En este sentido, los servicios a bordo de los trenes de larga distancia se diferencian en primera y pullman. A continuación sus diferencias.

Interior de Coche Restaurant

Tren de larga distancia: servicio de Primera Clase

Los coches cuentan con aire acondicionado frío/calor y asientos reclinables en filas de dos compartimentos.

Interior de un coche de Primera Clase

* En el medio del coche, se dispone de una mesa con asientos enfrentados. 

* Servicio de dispenser de agua fría y caliente todos los coches (excepto el servicio a Pinamar).

* Disponibilidad de enchufes en ambos extremos del coche y en el sector del lavamanos. 

* Los baños están ubicados en los extremos del coche, uno para damas y otro para caballeros.

Tren de larga distancia: servicio de Clase Pullman

* Tiene un precio más caro que el de primera clase

* Cuenta con las mismas características generales que primera, con la diferencia de que los asientos son más anchos, se distribuyen en filas de dos e individuales y son reclinables.

Interior de un coche de Clase Pullman

* El coche Pullman permite el acceso de personas con movilidad reducida: cuenta con lugar para una silla de ruedas, y baño adaptado para personas con movilidad reducida.

Qué son los camarotes

Por otro lado, el servicio de larga distancia de Trenes Argentinos tiene disponible el servicio de camarotes. Particularmente, el precio se abona por camarote e incluye pasaje para dos personas (dos adultos / un adulto / un adulto y un bebé menor a 3 años de edad). 

Respecto a las características, el camarote tiene dos camas, una arriba y otra abajo, que también sirve de asiento. En esta línea, el camarero brinda a los pasajeros ropa blanca con dos almohadas y dos mantas (serán entregadas por la noche y retiradas por la mañana).

Interior de coche Dormitorio

Por otro lado, los pasajeros cuentan con una mesa y traba puertas, control de temperatura de aire acondicionado frío/calor y volumen de parlante.

Se encuentra habilitado el servicio de camarotes en los trenes con los siguientes recorridos:

* Buenos Aires - Bahía Blanca

* Buenos Aires - Córdoba

* Buenos Aires - Tucumán

* Buenos Aires – Rufino / Justo Daract

Trenes de larga distancia: cuáles son los recorridos

* Buenos Aires - Mar del Plata: salida de Plaza Constitución, con paradas intermedias en Cnel. Brandsen, Chascomús, Lezama, Dolores, Sevigné, Castelli, Gral. Guido, Maipú, Las Armas, Gral. Pirán, Cnel. Vidal, Vivoratá y finaliza en Mar del Plata.

* Buenos Aires - Gral. Guido - Divisadero de Pinamar: salida de Plaza Constitución, con parada intermedia en Dolores, Gral. Guido (estación de transbordo), Santo Domingo, Gral. Madariaga y finaliza en Divisadero de Pinamar.

* Buenos Aires - Bragado / Pehuajó: salida de Once, con paradas intermedias en Haedo, Luján, Mercedes, Suipacha, Chivilcoy, A. Vaccarezza, Mechita, Bragado, 9 de Julio, Carlos Casares y finaliza en Pehuajó.

* Buenos Aires - Junín: salida desde Retiro (línea San Martín), con paradas intermedias en José C. Paz, Pilar, Mercedes P (San Martín), Franklin, Rivas, Castilla, Rawson, Chacabuco, O'Higgins y finaliza en Junín.

* Buenos Aires - Bahía Blanca: salida de Plaza Constitución, con paradas intermedias en Monte, Las Flores, Cacharí, Azul, Olavarría, Gral. La Madrid, Coronel Suárez, Pigüé, Saavedra, Tornquist y finaliza en Bahía Blanca.

* Buenos Aires - Rufino / Justo Daract: salida desde Retiro (línea San Martín), con paradas intermedias en José C. Paz, Pilar, Mercedes P (San Martín), Franklin, Rivas, Castilla, Rawson, Chacabuco, O’Higgins, Junín, Alem, Vedia, Alberdi, Iriarte, Rufino, Laboulaye, Gral. Levalle, Vicuña Mackenna y finaliza en Justo Daract.

* Buenos Aires - Rosario: salida desde Retiro (línea San Martín), con paradas intermedias en Campana, Zárate, Lima, Baradero, San Pedro, Ramallo, San Nicolás, Emp. Villa, Constitución, Arroyo Seco, Rosario Sur y finaliza en Rosario Norte.

* Buenos Aires - Córdoba: salida desde Retiro (línea San Martín), con paradas intermedias en Campana, Zárate, Baradero, San Pedro, San Nicolás, Rosario Norte, Rosario Sur, Correa, Leones, Cañada de Gómez, Marcos Juárez, Bell Ville, Villa María y finaliza en Córdoba.

* Buenos Aires - Tucumán: salida desde Retiro (línea San Martín), con paradas intermedias en Campana, Zárate, Baradero, San Pedro, San Nicolás, Rosario Sur, Rosario Norte, San Lorenzo, Serodino, Gálvez, Rafaela, Sunchales, Ceres, Pinto, Colonia Dora, La Banda y finaliza en Cevil Pozo (Tucumán).

30 de mayo de 2020

Penúltimo tren a Mendoza

Relatos Ferroviarios

Con los lacios y muy rubios cabellos al viento de por entonces, enfrentando el aire fresco aunque no frío que me pegaba de lleno en mi cara de felicidad en una tarde de domingo, seguramente otoñal, iba paradito en el estribo de la motoneta “ISO” blanca y amarillo pálido que mi padre tenía por entonces.

Lo hacía tomando el manubrio con las dos manos, casi hasta la altura de los puños, a la par de las grandes manos, aunque delgadas, de mi padre, así como en estéreo, con la seguridad inmensa que a esa edad se tiene de que lo estaba ayudando a conducir. Orgulloso lo mira hacia atrás y de abajo hacia arriba, girando la cabeza para luego volver la vista al frente, como un diminuto aspirante a mascarón de proa liliputiense.

Mi madre iba sentada en el asiento trasero, acomodada de lado, por el impedimento de la pollera. Era el año 1965 ó 66 calculo, y por entonces aún no se veían mujeres con pantalones que les permitiera, entre otras libertades por entonces pendientes, montar a horcajadas aquel ciclomotor. Al menos, me refiero a la Junín de por aquel entonces.


Sobre las faldas de mi madre iba acomodado mi hermano Jorge, protegido por los brazos de mamá. Los cuatro transitábamos, en dominguero recorrido prefijado, de norte a sur por la avenida San Martín hasta General Paz y de allí, doblando a la derecha por esta última, hasta la estación de trenes. Lo hacíamos todos los domingos y siempre. Ese siempre que a los cuatro años es, siempre para siempre.

Me encantaba ese paseo, me subyugaba ese escenario de gente en movimiento, gente en esperas latentes y lánguidas, maletas y bolsos, pitidos y vapores o humos según el caso, campanazos, anuncios, voceos de los vendedores ambulantes, risas, llantos, abrazos, palmadas, manos entrelazadas hasta el último instante, murmullos cuidados y descuidados, viajeros y público, aunque más de estos últimos.

¿Por qué me resultaban tan atrapantes esas escenas que tenían como protagonista central al tren, pero también a la geografía humana? No lo sé, o en realidad sí, pero tal vez no tendría una sola respuesta.

Una tardecita de un día cualquiera pero que no era domingo, «rumbeamos» para la estación de trenes, pero esa vez no íbamos de paseo en la ISO, lo hacíamos en un taxi. De repente advertí que éramos nosotros quienes portábamos bolsos y maletas. ¿De dónde habían salido, si esos artefactos siempre los portaban otros?

Tampoco mi memoria registra aviso previo de tal acontecimiento. Me refiero a los preparativos. ¿A qué se debía? Tal vez por mi corta edad de entonces, no estaba anoticiado.

Al llegar a la estación advierto que allí nos esperaba mi tía Rosa (tía abuela en rigor) y Celia, para nosotros Mimí, prima hermana de mi madre y sobrina de aquella. Ambas muy sonrientes, algo nerviosa la tía, paraditas en el andén con una valija de aquellas de entonces, de cartón rígido color marrón con cinturones y hebillas para ajustar su cierre, más un par de bolsos y sendas carteras. Tía Rosa tenía, además, colgada de su brazo derecho, una canastita mediana de mimbre con un pequeño mantelito blanco inmaculado, con unas flores bordadas en hilos de diversos colores, dispuestas en una suerte de guarda en los bordes. Ese mantel cubría algo guardado en el interior de la cesta que no dejaba adivinar con precisión su contenido, pero por la morfología asimétrica, y por los antecedentes de la tía supuse que eran algunas delicias de su propia manufactura. No me equivocaría en eso, jamás.


Los mayores hablaban y realizaban trámites, mientras yo miraba con perplejidad de niño aquel tren estacionado a la vera del andén, con los guardas vestidos de manera impecable, enfundados en sus trajes grises, corbatas oscuras portando gorras con visera negra bien lustrosas, cada uno ubicado a la par del acceso a cada vagón, según su clase correspondiente.

Me acerco a un lado de uno de los vagones, y promediando el mismo alcanzo a leer con detenimiento, en un cartelito de madera pintado de blanco con unas letras negras que rezaban: “El Cuyano”.

– Guau! Exclamé para mí.

-“Este es el tren del que papá hablaba siempre con el abuelo”, me dije, recordando conversaciones ferroviarias habituales en ellos, pues mi padre había trabajado en el ferrocarril, y Junín aún latía al compás ferroviario.

Me quedé como en blanco. Estaba en eso cuando mi madre me sacude el hombro derecho con su mano izquierda, expresándome:
– “Es para allá la primera”!

No entendí en ese momento, pero mientras caminábamos en dirección al extremo de la formación, mi madre me iba diciendo que viajaríamos “en primera”. Recién ahí advertí, no solo la clase, tuvieron que explicarme bien eso de las clases, no solo que íbamos a viajar, sino que iría con ellas tres!! No lo podía creer, iríamos hasta Mendoza! Era un viaje para participar del casamiento del primo hermano de mi madre, el tío Héctor.

Llegamos al vagón en cuestión y mi madre me ayudó a subir aquellos altos, para entonces, escalones de hierro sólido. Entramos al vagón y sobre el meridiano del mismo, mi madre dijo:

– “Estos son”. Señalando en círculo con el dedo índice de su mano derecha a cuatro asientos de color verde, enfrentados entre sí de a pares. De un lado nos sentamos mi madre y yo, en mi caso del lado de la ventanilla, no me lo iba a perder! Frente de mi se ubicó Mimí y a su lado tía Rosa.

Mimí me señalaba que “El Cuyano” ofrecía cuatro categorías para viajar, ellas eran: Turista, que era la clase más económica, con asientos de color marrón para tres personas, muy planos y con poca comodidad. Luego estaba la primera, decía algo presuntuosa, eran asientos anatómicos verdes en filas de a dos y que se podían girar y también reclinar. Probé esa condición. Estaba fascinado.

La categoría siguiente era pulman, me dijo, mientras relataba que ese vagón tenía asientos azules, amplios, recubiertos en el respaldar con una especie de sábanas blancas y almohadas. Contaba con aire climatizado y las ventanas estaban selladas.

Enseguida vino a mi mente alguno de los recorridos que hacíamos con mis padres para ver pasar el tren, ya en las noches (seguramente sería “El Libertador” que era un tren de lujo que pasaba tarde por Junín hacia Mendoza, proveniente de Buenos Aires. Luego, hube de viajar muchas veces en él) y en mi mente de niño, imaginaba que esa sección del tren era para la gente enferma, pues los venía a todos adormilados y recostados sobre esas blancuras con luces difusas.

Finalmente, la categoría suprema eran los camarotes o coches cama. No podía creer que hubiera gente que se acostara allí, al subir en Junín y se despertara al amanecer ya para descender en Mendoza, luego de 800 kilómetros de recorrido, sin ver el paisaje por la ventanilla. Por entonces, no lo entendí. Y creo que hoy tampoco, tal vez porque me encanta colgar la mirada a través de la ventanilla y mecerme en el horizonte pampeano, brutalmente lineal y así poder navegar a través del teatro de la lamente, hacia donde ella me lleve.

El viaje fue una delicia para mis ojos y sentires de niño curioso. Recuerdo haber ido a cenar al coche comedor con mi compañía femenina. Eso era para mí una película futurista, pues en el mejor de los casos, mis padres me habían llevado a comer un emparedado al bar Maragán, o una porción de pizza a la legendaria Pizzería Ribas. Cenar con esos camareros con impecables atuendos, sirviendo en mesas con blancos manteles almidonados y con el ronronear del tren en movimiento, al lado de mi madre, tía y prima, era como estar en las nubes.

Supongo que finalmente me habré dormido tarde, pues desperté zamarreado suavemente por mi madre quien me decía que debíamos ir al baño a higienizarnos pues estábamos llegando a San Martín (Mendoza), nuestro destino final.

Luego de degustar unos increíbles alfajorcitos de maicena y dulce de leche que Tía Rosa llevara tapados en aquella canasta y de tomar un rico café con leche, “El Cuyano” aminoraba su marcha, para ir advirtiéndonos, junto al guarda que pasaba de vagón en vagón, voceando que estamos arribando a destino.

La primera imagen que recuerdo de Mendoza, es desde la ventanilla de aquel tren, mis retinas grabaron hileras de vides con las hojas ocres de mortandad otoñal, esa condición contrastaba con el cielo azul matinal tan límpido y únicamente mendocino, es un reflejo inolvidable e inalterable a través de los años, de aquel perpetuo cuadro cuyano.

Descendimos en el andén unas treinta personas, el resto seguirían hasta la ciudad de Mendoza, destino final del recorrido. Nos esperaba el tío Mario (tío de mi madre), quien nos llevó en su coche, un Chevrolet negro de la época, hasta su casa, donde nos alojaríamos.

Otro de los primeros recuerdos de Mendoza es como huele esa tierra. Cada vez que vuelvo allí, siento ese olor tan particular, mezcla de sequedad y oreos del sol siempre presente, estimulando a exudar a las jarillas en flor, el aire diáfano de un azul sin igual, los álamos altísimos en rectitud y dorados de abril, esa acuarela estaba recostada, resguardada sobre la cordillera de Los Andes al fondo, con sus picos nevados y al alcance de la mano gracias a la pulcritud de esa atmósfera única.

San Martín se me presentó como la antesala de Mendoza, con sus viñedos marrón magenta en aquel recuerdo, su cordillera como bordando el horizonte, así como las flores del mantel de la canastita de tía Rosita, que guareciera sus alfajorcitos de maicena y dulce de leche preservándolos hasta el desayuno. Las acequias refrendando su condición con un hilo venoso de cristalinidad matinal, completaban ese primer cuadro y siempre.

En cada entrada a las fincas visualizaba carteles pizarras negros con rústicos trazos en tiza blanca que seducían un convite perpetuo a duraznos frescos o en frascos según la época del año, vino patero, pan y tortitas, atados de jarilla, tomate triturado embotellado, nueces y muchas exquisiteces más, todas hechas en distanciamiento industrial, como en una factura confeccionada desde la resistencia, antiguamente adelantada a los tiempos del post progreso.

Llegamos a la casona del tío Mario, en el borde de la ciudad, casa al frente, finca al fondo. Entre una y otra, amplio patio de intersección hacía de fuelle, con su parral reinando que colaba el cielo, churrasquera y pileta de lavar la ropa a mano, a un costado. No recuerdo tanto de esa casa, pero sí de la amplísima cocina. Esos días vi allí a las mujeres trabajar sobre los productos del final del verano, acondicionándolos para poder pasar el invierno. Destino intermedio: la despensa en el sótano. Aquellos mismos productos que se ofrecían en las pizarras del acceso a las fincas, sobre aquel camino recorrido.

Aquellas cocinas en aquellas casonas eran un espacio febril, donde las ollas al fuego acunaban borboteos de agua hervida para cocinar, o mermeladas diversas a envasar, o frascos a esterilizar, o escabeches a resguardar, mientras ese fulgurar contribuía a empañar los vidrios de las ventanas.

Más allá de lo narrado hasta aquí, el centro del motivo de aquel primer viaje era para reencontrarnos con la parte italiana de nuestra parentela que se había radicado en aquella provincia, desde los inicios mismos del pasado siglo. La excusa, más concreta, el casamiento del tío Héctor.

Tampoco tengo un recuerdo claro de aquella ceremonia, pero sí rememoro con cierta claridad el tono de época, el ambiente festivo y alegre de aquella celebración. Era raro para mi asistir a ese tipo de festejos, al menos por entonces, pero ver las caras de alegría de los gringos viejos y notar la felicidad del tío Héctor y de su joven esposa, refrendada en sus rojos y brillantes cachetes, su frente ancha, su potente risa contagiosa y su ductilidad para amenizar aquella fiesta ejecutando su acordeón al son de tarantelas varias, cumbias y canciones alegres.

En mi mente de niño y cuando recorro aquellos recuerdos surge una verdadera acuarela sinfónica de sentires y texturas de gentes.

Con los años comprendí, tras muchos relatos de mi abuelo Albino, lo que significaba para ellos poder comer todos los días del producto de la tierra labrada, lo que ellos mismo generaban. El enorme contraste de aquella tierra, aunque difícil por la escasez de agua, pero a la vez generosa y abierta al músculo y a la transpiración de quienes se relacionaban con ella en asociación con el trabajo cotidiano y continuo. Lejos había quedado el amargo recuerdo de la hambruna de la Italia que habían dejado iniciando el siglo XX. Eran tiempos de alegría y de expresarla como en un exorcismo que pusiera sideral distancia con aquellos tristes tiempos de aquella Europa que vomitaba gente hacia Las Américas.

Creo que ese viaje me alimentó en ilusiones y me embriagó de sentires que se perpetuaron a través de los tiempos. Siempre habrá un penúltimo tren a Mendoza por abordar en el andén de la estación de Junín, es esa una convicción anidada en deseos arraigados en esencias de la ciudad ferroviaria, la de abuelos, tíos y padres, la de las aspiraciones futuras de hijos y nietos. Por: Sergio Pérez Rozzi para Diario La Verdad

27 de septiembre de 2017

Rieles en cámara lenta

Actualidad

Crónica del viaje en tren a la capital del centro del país, viaje ideal para familias numerosas que buscan una alternativa segura, confortable y muy económica. Pero también para quienes no reparan en la velocidad y quieran llenar de imágenes reales los carteles de la autovía: sus ventajas y algunas teorías sobre su precarización.

Son las 19.00 y la bocina suena en punto. En la propia estación del Mitre parece que uno ya hubiese llegado a destino: todos los empleados son cordobeses y les sobra buena onda. Quizá sea un aliciente, una invitación a sentirse ya en la gran provincia turística, más si se tienen en cuenta las 20 horas que esperan por delante. La experiencia, sin embargo, es fabulosa. 

Lento pero cómodo: el espacioso interior de los vagones en el servicio pullman.El largo tiempo recorrido permite buenas partidas de cartas, lectura y descanso. 
Imagen: María Clara Martínez

Obliga, sin alternativa, a bajar un cambio, igualando de algún modo la posibilidad real del movimiento humano. Ya lo decía el poeta Juan Ramón Jiménez: “En avión el cuerpo llega muy rápido, pero el alma se demora como tres días más”. No es la opción, claro, para quienes viajan por un trámite o cuentan con solo un par de días de paseo. Pero sí lo es para quienes gustan, pese al tiempo que demora, del viaje en tren.

Y vaya si hay razones: los coches están nuevos y el personal insiste mucho en su cuidado. Si bien los asientos no se reclinan demasiado, los de categoría primera se equiparan a un colectivo semicama, los de pullman a las prestaciones del cama, y el vagón final cuenta con 12 camarotes para dos personas, con cama y una mesa de trabajo. Toda la formación está impecable, y tanto los baños como los lavatorios externos son repasados y recargados de papel, jabón y toallas cada dos horas. 

Allí mismo hay agua caliente y fría en dispensers, y cargadores para teléfonos móviles o cámaras de fotos. Sobra espacio para caminar en pasillos, apoyarse en la ventana y disfrutar del paisaje. Y qué decir del salón comedor ubicado en el centro de la formación, que recibe con diez mesas para cuatro personas con dos menús que incluyen bebidas y un buen café expreso.    

Rosario siempre cerca 

Desde la ventana, apenas el tren abandona la estación, se plantea la primera contradicción de este viaje. En el andén de enfrente algunos corren para alcanzar la formación que sale a zona norte tras una jornada laboral intensa. Hay caras de agobio en los muchos que se lo pierden, y algunos gestos de fastidio. Adentro de este el clima es otro, habita cierto aire de paseo. 

Este tren es además muy cómodo y moderno, cuenta con controles digitales para el personal, sistema de calefacción central y tomas de electricidad. Apenas nos acomodamos en la butaca pullman, el anuncio por altoparlantes da la bienvenida y anuncia los tiempos estimados, las prestaciones y servicios disponibles, y el menú (con reserva) que esperará calentito en el salón comedor. 

De a poco, la gente va abriendo las cortinas, sacando el mate, el diario y las cartas. Se arma una atmósfera ciertamente comunitaria, siempre con lugar para quienes prefieren la soledad y el silencio. Como en los campings, comienza el reconocimiento cuando uno se sabe vecino por un tiempo, y suelen resultar interesantes charlas. 

El largo tiempo recorrido permite buenas partidas de cartas, lectura y descanso.
(Imagen: María Clara Martínez)

De a poco el paisaje va dejando atrás el cemento, los autos y lugares conocidos. Al rato la oscuridad gana el campo a la altura de Pilar, y llegando a San Nicolás el comedor está listo con la noche campera plena en las afueras. Hoy sirven carne mechada con papas y capelletis de verdura, hay sándwiches, aguas saborizadas y gaseosas. 

A ambos lados los ventanales permiten ver algunas lucecitas mientras se cena, pero la cosa no da para largo y poco a poco la gente se retira a descansar. Hacemos lo propio y nos vamos a leer, pero antes de que nos venza el sueño traemos hasta nuestros asientos dos cafés expresos para tratar de aguantar la llegada a la primera parada en Rosario, cerca de las dos de la mañana. Una tarea nada sencilla, y finalmente inútil.

Dilemas 

El día dos inicia con los primeros rayos del sol sobre el campo cordobés de General Roca. Atrás queda Cañada de Gómez, la segunda parada que también nos perdimos gracias al buen descanso. “Sí, te entiendo…   es lo que nos señalan muchos pasajeros junto a la poca frecuencia. Una lástima porque es fuerte la cultura ferroviaria en nuestro país, y mucha gente es amante de los trenes”, me dice uno de los empleados mientras compartimos mate con peperina. Prefiere no dar el nombre porque parece que la cosa está brava aquí también con el tema de los despidos. “Aunque el sueldo no es ohh, se están sosteniendo las fuentes de trabajo del personal, pero la coyuntura limita nuestro poder de queja. Este debería ser un medio de transporte público de calidad, y bueno en horario como lo es en servicio de a bordo”, señala. 

Habla de una aparente animosidad en la lentitud, ya que en 2005 –cuando Ferrocentral relanzó el trayecto Retiro-Rosario-Cañada de Gómez-Villa María-Córdoba (luego estatizado en 2014 por Sofse)– su duración era de 14 horas. “Muy competitivo. Vos fijate una pareja como ustedes, con una beba que no puede ir en un auto o colectivo sino atada al huevito; o una familia con muchos integrantes; o personas obesas y ancianas a las que el poco espacio le genera calambres. Tanto por seguridad, precios populares y espacio, el tren ofrecía una alternativa ideal en comparación con el ómnibus e incluso con el avión”, argumenta. Lo de la seguridad no hace falta explicarlo mucho. Cada día son más los accidentes en las rutas, pese a la autovía. 

En cuanto a las tarifas, la diferencia es sustancial. Y también es simple comprender el espacio a disposición respecto a otros medios de transporte. Lo que no está tan claro es la tardanza. Para muchos, entre el lobby con el gremio de camioneros y la concesión de las vías a la Aceitera General Deheza se explica el deterioro. El primero habría retrasado y socavado la potencialidad del tren; el segundo es más intrincado y tiene que ver con la necesidad de un servicio público (este tren) como condición para cerrar la concesión Estado-privados, aunque no advierte el mantenimiento del ramal ni la prioridad o frecuencia con que funcione el servicio de pasajeros. 

Regreso en camarote 

Pese al caos de tránsito cordobés que despiertan las obras por el cierre del anillo de la circunvalación, el nudo conocido como “tropezón” y los cambios de manos, a la ciudad le sienta bien el frío. El nuevo Parque del Kempes y sus más de 40 hectáreas sobre el río Suquía, y clásicos del casco histórico como la Compañía de Jesús, las panorámicas del hotel Windsor, la plaza del Bicentenario y el paseo de las artes son atractivos imperdibles para un invierno un poco más cálido.

Los paisajes rurales dominan la vista desde las ventanillas a medida que avanza el viaje.
(Imagen: María Clara Martínez)

El regreso, planificado en camarote, permite viajar todavía más cómodo y disfrutar del regreso con más intimidad. El horario de partida a las 13.00, además, ofrece casi la totalidad rural de la provincia con luz, y permite llenar de imágenes esos carteles que la velocidad del auto no llega a representar. Si bien ha sido un gran avance en términos de conectividad, la autovía Buenos Aires-Rosario-Córdoba ha invisibilizado esos pueblos a los que el propio tren dio vida años atrás. En casi todo ellos las estaciones fueron remodeladas e incluso reutilizadas por su ubicación estratégica junto a plazas y parques públicos. 

Calles de ripio y tierra se alejan de la urbe más concentrada y hacia los extremos no faltan chacras con alguna tranquera, almacenes de ramos generales con ladrillo a la vista y silos que dominan el paisaje junto a camiones con tolvas para cargar cereales. No es de extrañar que el paso lento de la formación por pequeñas localidades encuentre algún niño en bici saludando desde el andén, parejas que matean y otros vecinos en la puerta de su hogar observando el paso cansino del tren. 

El camarote cuenta con dos camas tipo cuchetas, un pasillo de un metro de ancho y sobre el final una mesita junto a la ventana, con conexión eléctrica debajo. El servicio contempla sábanas, frazadas, almohadas y toallas de mano. El pasaje viene con un desayuno o merienda incluida, que puede tomarse en el comedor o llevar a la habitación. Un lujo posible para concluir el paseo y regresar realmente descansados, aunque con el extraño sinsabor de saber que está casi todo dado para mejorar un servicio que va en retroceso.Página12.com

13 de julio de 2017

¿Alcanza la cantidad de material remolcado chino de larga distancia para futuros servicios?

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

Muchas veces escribimos notas en C.F. sobre la necesidad de la vuelta de algunos servicios de trenes de pasajeros que operaba la ex empresa provincial Ferrobaires, y que después del choque de dos formaciones registrado en la localidad bonaerense de Rawson (Línea San Martín), en el que resultaron heridas 20 personas, la gobernadora Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, el día 30 de Junio de 2016 dispuso la suspensión de los itinerarios en todas las líneas ferroviarias que dicha empresa prestaba servicios.


Al respecto, en la actualidad la empresa Trenes Argentinos Operaciones brinda los siguientes servicios de trenes de pasajeros de media y larga distancia con material ferroviario de origen chino:

Línea Roca

Plaza Constitución - Mar del Plata (1 servicio diario ida y vuelta)
Plaza Constitución - Bahía Blanca (3 servicios semanales ida y vuelta)
Plaza Constitución - Lezama (1 servicio diario ida y vuelta)
Cañuelas - Monte (4 servicios de lunes a viernes - 1 de ellos entre Monte y Temperley)
Cañuelas - Lobos (4 servicios de lunes a viernes ida y vuelta)

Línea Mitre

Retiro - San Miguel de Tucumán (2 servicios semanales ida y vuelta)
Retiro - Córdoba ( 2 servicios semanales ida y vuelta)
Retiro - Rosario (1 servicio diario ida y vuelta)

Línea Sarmiento

Once de Septiembre - Chivilcoy (1 servicio semanal ida y vuelta)

Línea San Martín

Retiro - Junín (3 servicios semanales ida y vuelta a partir del 17/07/2017)

Como se recordará, la adquisición por parte del Estado Nacional allá por el año 2010 mediante Decreto 2154/2010 fue de 220 coches (Primera Clase, Clase Pullman, Dormitorios, Restaurantes y furgones. Las Bandejas Automovileras no vinieron y creemos (no estamos seguros) que la cantidad de 20 fueron cambiados por coches de Primera Clase.


Sacando rápidamente un cálculo de la cantidad de vehículos adquiridos y tomando como ejemplo una formación de 10 coches, las trenes que estarían a disposición serían solamente 22.

Creemos que de aumentarse las frecuencias en los itinerarios que hoy se cumplen con dicho material ferroviario, y/o agregarse otros destinos (caso Plaza Constitución - Tandil que es muy probable que vuelva a restituirse próximamente) estaría muy ajustado en la provisión de vehículos.


Sabemos muy bien, por averiguaciones que hemos realizado, que el Ministerio de Transporte de la Nación no tendría en sus planes el reacondicionamiento y recuperación del material de coches de pasajeros Materfer, Werkspoor y Sorefame por considerarlos obsoletos.

Solamente quedaría la recuperación de las formaciones Talgo IV si es que tienen pensado hacerlo.

Por eso nos preguntamos si alcanza la cantidad de material remolcado chino de larga distancia para futuros servicios, o si se tiene pensado adquirir más material ferroviario.

25 de marzo de 2017

Mal servicio en el coche comedor tren de pasajeros Retiro - Córdoba

Cartas de Lectores

Señor Director de Crónica Ferroviaria

Me dirijo a usted con el fin de informarle que el día 10 de Marzo pasado realicé un viaje a la Ciudad de Córdoba en una de las nuevas formaciones de origen chino (Pullman). El mismo se desarrolló con normalidad, viajando muy cómodamente, llegando, incluso a destino, a horario.

Pero el problema se suscita en el servicio que presta el coche comedor. La verdad le tengo que decir que es una verdadera vergüenza, ya que la cena es para tan sólo 20 personas con un menú muy reducido, un pan pequeño, una gaseosa y sin postre. Sí, sin postre, porque, según los mozos, se ha eliminado.


Pero lo más repudiable, es que para la cena que hay que hacer una cola bárbara una hora antes como si estuviésemos concurriendo a un comedor comunitario, cuando la misma es paga.

Sería muy importante que las autoridades correspondientes a la empresa Trenes Argentinos Operaciones, o quién corresponda, revean el sistema de este servicio y se vuelva, no digo a lo que era la antigua Ferrocarriles Argentinos que fue el súmmum, sino tan siquiera a la anterior Ferrocentral. Atte.
Ernesto "Tito" Gómez
erngom@gmail.com

28 de diciembre de 2015

Tren Patagónico: Invierte en infraestructura y material ferroviario

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

Tal como lo informara Crónica Ferroviaria el día 18 de Diciembre pasado con el título "Río Negro: Gobierno provincial convocará a licitación para adquirir un nuevo coche motor para el Tren Patagónico" (http://wwwcronicaferroviaria.blogspot.com.ar/2015/12/sbase-inauguraron-las-estaciones.html), la empresa provincial ferroviaria rionegrina llama a Licitación Pública Nro. 02/16 para la "Adquisición de una unidad liviana autopropulsada (coche motor) 0 km. para prestar servicios ferroviarios en la empresa Tren Patagónico S.A."


Asimismo, dicha empresa durante el año 2015 recuperó una locomotora que se encontraba en reparaciones y realizó la contratación para la recuperación de otra. En la actualidad dicha empresa cuenta con tres (3) máquinas que son las que cumplen los servicios de pasajeros y carga.

También, la empresa Tren Patagónico tiene pensado invertir en la refacción y recuperación de las estaciones que se encuentran a lo largo de la Línea Sur (Viedma - San Carlos de Bariloche), como así, de coches de pasajeros y vagones de carga.

Además, prevé la reparación de cinco coches pullman para “poner en marcha un nuevo negocio, brindando el servicio de transporte para viajes estudiantiles”.

Según "El Cordillerano", el próximo año, la empresa Tren Patagónico S.A. tendrá un presupuesto de $114.852.000 y trescientos empleados, de los cuales dos (2) son directivos, treinta y seis (36) técnicos y profesionales, veinte (20) administrativos y doscientos cuarenta y dos (242) operarios.

4 de mayo de 2015

Servicio Ferroviario

Actualidad

Al Sr. Director

Quisiera compartir con Ud. mis apreciaciones sobre mis viajes en tren hacia Retiro a través del tiempo.

Como docente de Historia siempre sustenté mis clases de historia argentina en el tendido y avance del FFCC en nuestro país, la aparición de las estaciones, la ubicación de las mismas en las cabeceras de las estancias, la dirección plantada hacia Retiro como vía de salida sobre el puerto de Buenos Aires.

Y así se consolidaba la Patria en el modelo agroexportador, y tantas cosas se lograron con este devenir ferroviario.

Junín creció a la vera del FFCC y mucho más cuando se instalaron los talleres ferroviarios.


Las vicisitudes políticas fueron presas del devenir histórico: ¿quién los pagó?, ¿quién los compró?, ¿quién los vendió? La historia nacional nos da las respectivas respuestas.

Siempre me gustó ser pasajera del tren: ¡ver cómo una familia entera podía participar de un viaje sin que el precio del pasaje aborte la iniciativa!

He viajado en el tren local durante todos estos años, una o dos veces por año, tratando de ubicar un lugar en el único coche pullman (el que recuerda la presidencia del Dr. Frondizi: con asientos de cuero verde, paredes de madera lustrada con los números de los asientos en bronce tallado) pero “pocas veces corre este coche porque lo llevaban al servicio de Mar del Plata”, si no había pasaje allí, sacaba en coche turista: allí he compartido el viaje con una familia (16 h., domingo) donde la señora mayor fumaba tranquilamente y convidaba a sus hijas, nietas o un matrimonio que viajaba con su perro al que el guarda saludó cuando pedía los pasajes.

El año pasado compartí un lindo pero añejo coche con gente linda y de muy buen comportamiento: ¡el detalle fue que la mayoría llevaba una frazadita!

Un tema aparte son los sanitarios: ¡la mugre del baño de la estación de trenes más el deterioro generalizado y el deplorable estado de los baños del tren al que (adrede) concurría al iniciar el viaje para comprobar en qué estado recibían a los pasajeros! ¡Además de la incomodidad de tener que sacar el pasaje sobre el horario del tren: sumarle una hora más al madrugón!

Todo esto corresponde a Ferrobaires y es lo que teníamos hasta el 27/02/2015: con gran expectativa me predispuse a viajar en el nuevo servicio. Llamé por teléfono a la estación (Nº 4443317) para hacer las averiguaciones pertinentes, nadie atendió. Llamé a la Cooperativa Ferroviaria y aquí, muy atentamente, me explicaron los pasos a seguir: todo funciona a la par, horario, pasaje, ventanilla.

Y fui a tomar el tren a la 1.39 del lunes 27/04/2015, tren 566, coche 402, asiento 19, valor $130.

Una hermosura... al ingresar y luego de un exhaustivo control de pasaje, DNI y equipaje, saqué una foto al coche, concurrí a ver “los baños” común y para discapacitados... de no creer.

Y se inició el viaje a horario pero a las 4.35 se presentaron en el vagón 5 personas, una de ellas tomó la palabra y anunció: descarrilamiento en Pilar y nuestro tren no podría avanzar a partir de la estación Dgo. Cabred.

Cada pasajero tenía una situación diferente: compromisos laborales, estudiantiles, turnos médicos, entre otros. Algunos decidieron intentar un remise y contactar un bus en Luján. Otros, me incluyo, aceptamos la oferta de la empresa ferroviaria: vendrían micros desde Buenos Aires para llevarnos a Retiro. Mientras esto ocurría bajé a “estirar las piernas” y cual fue mi sorpresa: los escalones del tren no coincidían con el andén de la estación por lo que debieron construir una plataforma aérea para salir de la estación.

11 h. llegamos a Retiro.

Todo esto fue lo que reflexioné cuando leí el proyecto de festejo con Festival incluido. También podríamos dedicarnos a las vías para iniciar a sostener a nuestra Patria con rieles sólidos y con una Bandera Nacional, la del 27/02/1812.

Sra. Aída Sánchez

Carta de Lectores publicada en el diario La Verdad de Junín

28 de abril de 2015

Tandil - Gardey - Vela: Un tren turístico recomendable

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Redacción Crónica Ferroviaria

Crónica Ferroviaria se debía desde hace un tiempo un viaje en tren a la ciudad de Tandil, pues desde que se volvió a implementar el servicio de pasajeros por parte de la empresa provincial Ferrobaires por vía Rauch, no lo habíamos realizado, por lo que consideramos que este fin de semana era el adecuado dado que en la localidad de Vela se celebraría la inauguración del Centro Cultural "Juan Ignacio Irazusta" que funcionará en las instalaciones de la estación ferroviaria, y que como consecuencia de ello se realizarían distintas actividades culturales.


El día viernes estuvimos (como es costumbre de Crónica Ferroviaria) unos momentos antes de la partida del tren de pasajeros (en este caso el Nro. 317) para poder cubrir fotográficamente todos los pormenores que pudiéramos observar para llevar a ustedes hasta el más mínimo detalle.

Estación Plaza Constitución

La formación partió de estación Plaza Constitución a horario (17,05 horas) y con la casi totalidad de los asientos de todo el tren vendidos, los que fueron ocupados en su totalmente en las estaciones que realizó parada como Cañuelas, Monte, Las Flores y Rauch.


Estación Las Flores

Una cosa que nos pareció positiva en una formación de la empresa Ferrobaires, fue observar la limpieza en los baños (hasta había papel higiénico) y en el interior de los coches de pasajeros, a tal punto, que cada hora pasaba personal limpiando y observando el estado de los sanitarios.


Estación Tandil

No sabemos si esto ocurre en todos los servicios brindados por la empresa provincial ferroviaria, ya que hace un tiempo que no viajamos en ninguna de ella, y que era la denuncia que recibíamos constantemente no sólo de los lectores, sino que lo veíamos personalmente cuando nos trasladábamos en sus trenes de la suciedad que invadían las formaciones de la empresa Ferrobaires. A tal punto, que los coches comedores fueron suprimidos de los servicios porque la mugre invadía todo.

Interior de los coches de Primera Clase

Pero, lo que al tren de pasajeros Nro. 317/318 se refiere, eso cambió para bien y hay que hacerlo notar, aunque tendría que ser lo normal.

Lo que da lástima observar son los coches de pasajeros que se encuentran en su parte exterior totalmente grafitados por culpa de estos muchachos amigos del "arte urbano", pues los mismos en el interior todo se encuentra en buen estado como lo muestran las fotografías.


Tren Turístico Tandil - Gardey - Vela

Haciendo un poco de historia, tenemos que decir que este tren turístico fue implenentado por la empresa Ferrobaires el día 03 de Agosto de 2014, en un acto que contó con la presencia del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el intendente de la Municipalidad de Tandil, Miguel Lunghi, en el marco de la incorporación de Gardey al programa “Pueblos Turísticos”, impulsado por la Secretaria de Turismo de la Provincia de Buenos Aires.

Estación Tandil

A decir verdad, en su momento pensábamos que este servicio iba a durar muy poco tiempo, como muchos servicios ferroviarios que tuvieron principio y pronto final.  No sabemos por qué, pero teníamos ese presentimiento. Muchas veces quisimos realizar el viaje, pero por uno u otro motivo fuimos postergándolo hasta este fin de semana pasado que decidimos hacerlo, y donde, a decir verdad, nos llevamos una muy grata sorpresa, ya que pensábamos que en la formación viajaríamos muy pocos pasajeros. Estuvimos muy equivocados. El tren salió lleno de bote a bote.



Estación Tandil. Observar la cantidad de gente que viaja en este servicio de tren turístico

Charlando con el personal de Ferrobaires, nos pusieron al tanto y nos dijeron que este servicio es usado por mucha gente que va a pasar un día de campo al aire libre. El otro fin de semana tuvieron que usar toda la formación (un Pullman y dos coches Clase Primera) porque viajaron delegaciones de alumnos de escuela, jubilados y gente en general quedando algunos sin poder hacerlo.

En esta ocasión, en la que viajó Crónica Ferroviaria, el tren estaba integrado por la locomotora diésel GM modelo GT22CW Nro. 9077 y dos coches de pasajeros de Primera Clase.


En estación Gardey (ida)

El tren sale todos los sábados a las 09,45 horas de estación Tandil (Km. 330) llegando a Gardey (Km. 356) a las 11,00 horas quedando detenido por espacio de 15 minutos (esta vez estuvo un poco más porque la formación llegó adelantada). La partida se realiza a las 11,15 horas llegando a estación Vela (Km. 375) a las 12,00 horas.

Cuando llegamos a destino, nos encontramos con que en la estación Vela estaba colmada de gente debido a la inauguración del Centro Cultural "Juan Ignacio Irazusta". Acá tenemos que decir que tanto ambas estaciones ferroviarias fueron restauradas y reacondicionadas quedando las mismas en excelentes condiciones, siendo cuidadas y protegidas por los mismos habitantes de dichas localidades.



Estación Vela

Ojalá que todas las estaciones ferroviarias estén tan bien cuidadas como estas dos, donde la limpieza y el buen gusto se imponen y que el pueblo sea el custodio de las instalaciones. Vaya pues nuestras felicitaciones.



Interior de estación Gardey
Interior de estación Vela

Precio del pasaje

Tarifa única (Ida y Vuelta) $20,00

Menores de 13 años y Jubilados sin cargo

El regreso

Después de disfrutar de un buen almuerzo y de los actos realizados en estación Vela, el tren, después de realizar la locomotora la maniobra correspondiente, partió de la misma a horario a las 14,45 horas acompañado por un día espléndido de sol.


Estación Vela

La llegada a estación Gardey se realizó a las 15,30 horas. Acá el tren se detiene por espacio de 30 minutos. Aconsejamos a quienes deseen viajar en este convoy turístico acercarse (en frente nomás de la estación) al almacén de ramos generales llamada Flia. Vulcano, donde se pueden adquirir alimentos, bebidas y todo lo que uno quiera y sentarse (siempre que el clima acompañe) en la vereda y contemplar todo el campo que la rodea y gozar de la tranquilidad del lugar. También, hay espacio dentro del establecimiento para tomar y comer a la vez que se puede observar el excelente estado de conservación del negocio que tiene casi 100 años de existencia.





La partida de estación Gardey se realiza a las 16,00 horas llegando a la ciudad de Tandil a las 17,15 horas.



La verdad que este viaje fue una grata sorpresa, porque amén que uno transita en tren, que es el medio de transporte que defendemos y queremos, también es bueno decir que pasamos una jornada por demás espectacular de tranquilidad y paz, más para quienes vivimos en el trajinar diario de una gran urbe como lo es Buenos Aires.


Llegada a estación Tandil con el tren turístico


El regreso a Buenos Aires
Nos despedimos hasta el próximo viaje, donde nos encontrarán a bordo de algún tren de pasajeros que circule por las vías del país.

Expresar las bellezas turísticas que se encuentran en la ciudad de Tandil ya es muy conocidas por todos. Por eso creemos que quienes tengan en su proyecto realizar un fin de semana turístico, recuerden este lugar que seguramente la van a pasar muy bien y siempre viajando en nuestro querido medio de transporte.