27 de septiembre de 2016

Entrenarán a maquinistas del subte con simuladores

Actualidad

Un equipo de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicpba) desarrolla desde hace un año los primeros simuladores para el subte de la Ciudad de Buenos Aires . El objetivo es que mediante estos dispositivos operarios y conductores puedan recrear ejercicios del material rodante de toda la red porteña. Permitirán entrenar personal nuevo y también preparar a los trabajadores para controlar los nuevos coches que se incorporen a la flota, además de solucionar fallas sin tener que paralizar la formación. Los creadores del sistema esperan tener terminado el sistema para el año que viene, pero ya se puede empezar a usar.

El grupo de trabajo está compuesto por 25 personas de Media.Lab, el área de investigación y desarrollo de realidad virtual del Instituto Pladema, que pertenece a la Facultad de Ciencias Exactas de la Unicpba, con sede en Tandil.


“Hacemos investigación aplicada, más allá de la ciencia básica. Casi siempre trabajamos a demanda de algún futuro cliente. Pero hemos intentado cambiar eso porque el científico es muy malo vendiéndose”, reconoció Cristian García Bauza, coordinador de Media.Lab, y amplió: “Así llegamos a Subterráneos de Buenos Aires, la empresa estatal encargada de la administración de la red de subtes. Nos enteramos de que evaluaban tener un simulador y nos pusimos a trabajar con ellos para armarlo y que no lo compraran en el exterior”.

García Bauza es parte activa de la universidad desde 1997. Apenas terminó el colegio en su Trenque Lauquen natal, se mudó a Tandil a estudiar ingeniería. Al recibirse, entró en el instituto y ahora es director de este primer proyecto que la universidad tiene con el gobierno porteño.

El sistema de simulación contempla las seis líneas de subtes y sus respectivos coches. “Es para que maquinistas y operarios puedan conocer el tren. Hoy eso se hace con clases teóricas o cuando el tren está roto”, explicó García Bauza.

“Sirve para capacitar y perfeccionar las habilidades y conocimientos de los conductores en el manejo y entender fallas del sistema, como un problema mecánico o eléctrico. La idea es que se ensaye y ejercite sin poner en riesgo a ninguna persona ni el material rodante”, explicaron los creadores.

“Son modernos simuladores que permitirán mejorar la calidad del servicio, ya que facilitarán un completo entrenamiento”, completó el presidente de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), Juan Pablo Piccardo.

El proyecto incluye la fabricación de cuatro puestos de formación y nueve microsimuladores. El simulador ofrece una vista tridimensional de lo que le aparecería al motorman por la ventana del coche. Esas imágenes se recrean por computadora, no es un video. “Es un mundo como el que estamos acostumbrados a ver en los juegos, pero acá no sólo se ve real, sino que se comporta como si lo fuera”, detalló García Bauza. Representa en forma realista varios kilómetros de túneles y vías, con la geometría de más de un centenar de estaciones.

En el microsimulador, la unidad de entrenamiento es un pupitre. Sin necesidad de casco, el alumno se sienta y se encuentra con un televisor, que le permite ver en 3D como si estuviera en la formación, a la misma altura que la ventana del coche. Con la postura de manejo real, encuentra cuatro monitores táctiles de controles secundarios en un panel lateral, mientras que el pupitre, en el panel horizontal, ofrece los controles primarios.

Ese puesto estará instalado en un aula y el objetivo para 2018 es que formen parte del Puesto Central de Operaciones, desde donde se controlará el funcionamiento de todas las líneas. Cada línea tendrá dos o tres microsimuladores, lo que permitirá capacitar a varios trabajadores a la vez.

Sbase financia el proyecto y controla los avances. Ya se logró el núcleo del software y de simulación. El sistema podría empezar a funcionar este año en la línea B; le seguirán la A y la H, y ya comenzaron a trabajar con la C y la D. El presupuesto total fue de $ 12.850.000 y el cálculo de los realizadores es que “afuera sale entre 6 y 10 veces más”.

Los integrantes del proyecto, entre los que se cuentan docentes, becarios, ingenieros, doctores en ciencias, mecánicos, carpinteros, arquitectos, diseñadores gráficos y algunos estudiantes avanzados, debieron coordinar tareas con los trabajadores del subte. “Relevamos el espacio, sacamos fotos de las estaciones, tuvimos que conversar con los instructores de las líneas y pedir en el taller que nos respondieran dudas sobre los manuales. Es la ventaja de adquirir un sistema que se hace y se trabaja con la persona que lo terminará usando”, festejó el coordinador.

Armaron un esquema mixto entre universidad e industria. Para García Bauza, “es una ventaja que se haga en la Argentina porque se sabe la tecnología disponible, los vaivenes de la inflación, que debe tener fácil recambio y mantenimiento. Es importante que se sepa que existe la capacidad de hacerlo acá”.

“Hace años que tendríamos que tener simuladores. Los conductores se forman y practican desde siempre con los pasajeros adentro. El Gobierno porteño y Metrovías conectaron a los técnicos de la universidad con personal jerárquico, pero no con los conductores. Pero celebramos la incorporación de ese material, que es clave”, consideró el secretario general de los trabajadores del subte, Roberto Pianelli.NoticiasUrbanas.com

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